Allí donde debía haber una despedida, hay un dibujo en la pared, ..... Y eso es despedida, grito, muerte, pero, Quién está dispuesto a desplazarse, a desaforarse, a descentrarse, a descubrirse? Las formas exteriores de la novela han cambiado pero sus héroes siguen siendo los avatares de Tristan .....Por lo que me toca, me pregunto si alguna vez conseguiré hacer sentir que el verdadero y único personaje que me interesa es el lector, en la medida en que algo de lo que escribo debería contribuir a mutarlo, a desplazarlo, a extrañarlo, a enajenarlo.
J. Cortázar, Rayuela, capitulo 97
domingo, 25 de agosto de 2013
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